sábado, diciembre 17

La locura de los blogs


    La cara de este blog está comenzando a cambiar... en estos momentos, y como parte de la metamorfosis, no presenta el look más hermoso ni armónico, pero este verdadero estado de entropía que está viviendo, sólo es reflejo del proceso de cambio.

    Tanta palabra para decir que gracias a C, he descubierto todo un mundo de posilidades y potenciales usos del blog. Hace unas semanas, la idea de poner un link en el texto me parecía francamente maravillosa, pero hoy me doy cuenta que es sólo una milésima de todas las cosas que se pueden hacer.

    Desde el jueves -y robándole minutos a la pega- he comenzado a navegar por páginas de ayudas y tutoriales sobre blogs, y saltado de comunidad en comunidad en medio de esta bloggósfera. Resultado: me abrumé.

    Es que la información es demasiada y la tentación de aplicar lo aprendido a los propios blog cansadora.

    En fin,hoy he estado experimentando con los colores de mi propio blog pero, por ahora, me agoté.

    Otras cosillas novedosas -por lo menos para C y yo q pretendemos pasar de bloggers amateur a profesionales- están en el
    blog de C, como un contador de visitas y orden por secciones.

    viernes, diciembre 16

    El Diario de Ariadna

    Quienes hayan leído el cuento de Twiny habrán descubierto de dónde viene el nombre de este blog. Efectivamente, Ariadna no soy yo... por lo menos no todo el tiempo, sino mi madre quien, como ya he dicho, fue condenada por este bautismo a ser una mujer particular.

    Debo decir, y a riesgo de parecer totalmente mamona, que Ariadna, mi madre, es una mujer valiente. En realidad, me parece que nunca ha optado por el camino fácil, sino que todo lo contrario, pero apechugando con cada una de las consecuencias de sus actos. Valiente y consecuente.

    Además, es inteligente, de corazón y razón. Sin embargo, y a pesar de que a su lado aprendí de una manera totalmente impregnada bajo la piel la igualdad de género, siento que durante algunos años mi Ariadna se dejó de lado, agachó la cabeza y cayó. Ahora entiendo que lo hizo por nosotros, y porque a pesar de ser una mujer de vanguardia –sin nunca proponérselo eso sí- tenía en sus espaldas el peso de la tradición conservadora, pero la peor de todas, aquella que nos hace mantener las apariencias de familia feliz. Lo interesante de todo, es que ella misma me enseñó, una vez más, que el espíritu no se puede anular, y por el lugar más inesperado, Ariadna salió, irrumpiendo, liberando (se), rompiendo lo establecido, pero por sobre todo asumiéndose y a sus consecuencias.

    Pero de tan valiente que es, ha estado triste también, pues cree que ha causado daño. Pero para mí, ha enseñado más que dañado. Es que es tan linda. Si la conocieran... Con su corazón que se desborda. Es mi mamá. Y es mi vida... literalmente mi vida.

    martes, noviembre 22

    Hay un duende en mi casa... (y se llama Twiny)

    Este cuento es un regalo para C, lo que es especialmente-especial, pensando que en 5 días más cumplimos un año de familia legal. La cosa es que este texto lo escribí hace nueve años, en una asignatura de segundo año de Universidad. Al releerlo, me hubiera gustado cambiar algunas partes, especialmente la identificación de color con bondad-maldad... pero bueno, en ese minuto lo escribí así, y así lo dejaré.

    Para tí, mi querido C, la historia de Twiny...


    Dicen, que cada vez que se te ha perdido algo debes buscarlo una, dos y tres veces. Dicen, que si no lo encuentras a la tercera, debes buscarlo por cuarta vez. Y si al final estás tan cansado que ya no tienes ganas de seguir buscando, debes sentarte en tu cama y gritar –bien fuerte-: ¡¡¡Duende travieso, devuélveme mis cosas!!!

    Nota 1: También dicen que puedes agregar unos buenos garabatos, pero no creo que eso sea recomendable para niños como tú... ¿o no?

    Hay gente que no lo cree y prefiere confiar en una limpieza a fondo, lo que puede parecer más efectivo pero es bastante menos mágico.

    Yo sí lo creo. Lo creo y lo aseguro. Lo afirmo y lo reafirmo. Yo, me llamo Daniela y creo que los duende existen.

    Lo creo porque... (tal vez no me vas a creer);
    Lo creo porque... (te aseguro que es verdad);
    Lo creo porque... (no, si no estoy loca);
    Lo creo porque... en mi casa hay un duende.

    Si quieres, te puedo contar la historia de cómo lo conocí. Si no quieres, te puedes ir a leer otra cosa (¡JA!)

    Primero debo presentar a una parte fundamental de este cuento: MI MAMÁ.

    Mi mamá nació hace... unos cuantos años atrás. Mis abuelos la llamaron Ariadna, un nombre particular que la condenó a ser especial toda su vida.

    Mi mamá se crió bailando twist, jugando a las muñecas, recitando interminables poesías, peinando los flequitos de las alfombras y molestando a medio mundo.

    Con el tiempo, creció en tamaño, en edad y le aparecieron canas. Se casó y tuvo tres hijos. Se convirtió en adulto, pero sólo por fuera, porque por dentro seguía (y sigue) tan niña como siempre. Hoy mi mamá prende inciensos, mira las estrellas, canta como los tres chiflados, hace pucheros, se ríe de chistes fomes (sobre todo si los ha inventado ella misma) y hace muchas otras cosas que sería latero contar.

    Pero vamos a la historia.

    Un día, cerca de Navidad comenzaron las situaciones sospechosas. De un momento a otro se perdían lápices, cuadernos, llaves, cajitas de fósforos, autitos... todo. ¿Te imaginas lo que sucedía cada vez que alguien descubría una de estas extrañas desapariciones?:

    ¡Dónde lo dejaste!
    ¡Tú lo escondiste!
    ¡Mis llaves!
    ¡Busca bien!!
    ¡Mamá, ¿y mi cuaderno?!

    Entonces, cuando ya parecía que nos desmayábamos de desesperación, mi mamá se sentaba tranquilamente y decía: “Ya pues Twiny, devuelve las cosas que te robaste!”

    - ¿Twiny?, a mi mamá le está afectando la edad- pensaba yo.

    Pero lo raro era que, inmediatamente después, todo lo misteriosamente desparecido, misteriosamente aparecía.

    Hasta ese momento, yo creía que todo era una broma de mi mamá. Tampoco le creí cuando nos contó que las luces del arbolito se habían prendido solas, que los autitos a pila funcionaban... sin pilas, o que el Twiny la había visitado,

    - Mamá, ¿qué es un Twiny?
    - No es “un”, es “el”, el Twiny es un duende.
    - Ah!, un duende... ¡¿un duende?!

    ¿Qué dijo?
    ¿Dijo duende?
    ¡Sí, dijo DUENDE!

    Cuando me enteré de la noticia, pensé que a mi mamá, definitivamente, se le había caído un tornillo. Para descartar mis terribles ideas corrí a la biblioteca de mis hermanos chicos, y me senté entre cuatromilcuatrocientosveintiún (4.421) libros. En alguna parte tenía que haber algo sobre duendes.

    Leí La Caperucita Roja, Blanca Nieves, veinte condoritos, La Bella Durmiente y el Vaso de Leche. Nada. Nada. Nada,. De enanos, brujas, lobos y Pepes Cortisonas sí, pero de duendes no.

    Mi abuela siempre dice que el que la sigue la consigue, y en el libro tresmilnovecientosochentaycinco (3.985)... ¡Lo conseguí!, ahí estaba lo que buscaba.

    “Duende: ser, algo que existe; que no lo puedes tocar pero que puedes sentir; que a veces lo ves y otras veces no lo ves. Los duendes viven en casas donde hay niños que no saben leer o adultos con alma pueril. Los duendes se dedican a hacer pequeñas travesuras como esconder cosas y devolverlas después. También les gusta ver tele (sobre todo monitos animados) y comer galletitas dulces. Atención: hay duende buenos y malos, los primeros son blancos y los segundos son negros”. (Además había una foto de un duende bueno –sin barba- y de un duende malo – con barba-).

    ¡Ajá!, así que eso era un duende.

    Pero algo no cuadraba. En mi casa todos sabemos leer, por lo tanto no podíamos tener un duende. Era imposible. A menos que uno de mis hermanos nos estuviera engañando y en realidad no supiera leer. A menos que... ¿qué será pueril? (algo feo seguro).

    Nota 2: Yo lo daría un premio al señor inventor del diccionario, aunque también da hartos dolores de cabeza a la hora de hacer tareas.

    Pueril: relativo al niño, infantil.

    ... adultos con alma pueril
    ... adultos con alma infantil

    ¡Eureka!: mi mamá.

    ¡El duende estaba en la casa por mi mamá!, ¡el Twiny era el duende privado de mi mamá!. Ahora le creí todo y comprobé, con alegría, que mi mamita adorada no estaba loca, que el duende existía, que no era un invento.

    Sabía qué era y por qué estaba en MI casa, pero no sabía cómo era, cuál era su idioma o qué ropa usaba. La decisión estaba tomada.... ¡tenía que encontrarlo!.

    Calladita calladita recorrí rincones, revisé debajo de las camas, revolví closets y cajones. Lo busqué durante miles de horas y millones de segundos., No hubo caso, el duende no aparecía. Aburrida y muy, pero muy desilusionada, abandoné mi esforzada tarea.

    Pasaron dos semana y me olvidé totalmente del Twiny. Por lo menos eso pensaba yo, hasta que un día me senté a ver monitos animados (en realidad, esto puede parecer un ridículo y fome detalle, totalmente indigno de ser contado en un cuento, pero... paciencia). Me acuerdo que de repente traté de cambiar el canal pero no pude. Lo intenté otra vez, pero tampoco pude: el control remoto no estaba.

    Lo busqué, lo rebusqué y lo requetebusqué. Resultado, NADA.

    Entonces me acordé: “¡Ya pues Twiny, devuélveme el control!”.

    (Jijijijijiji)

    ¿Qué fue eso?

    (Jijiji)

    ¿Quién me está molestando?

    (Jiijijiji)

    Miré hacia la puerta y... AHÍ ESTABA. Cerré los ojos, conté hasta diez y los volví a abrir. Ahí estaba todavía.

    Era blanco (suspiré porque era de los buenos), medía aproximadamente cuarenta centímetros con tres milímetros y pesaba cerca de veinte kilos con tres gramos. No tenía barba ni bigotes, usaba un sombrero puntiagudo y uno botines con cascabeles. Se veía tan joven como un niño humano, aunque después supe que tenía 867 años, 9 meses, 3 semanas, 4 días y 22 horas. Lo que equivale a la “edad del pavo” en tiempo duenderil.

    Se acercó y me sonrió burlón. “Ahí está”, me dijo.- Claro, el control remoto estaba frente a mis narices,

    -Así que ti eres el Twiny,
    -Sí, por lo menos así me dice la Yani.

    Nota 3: Yani es el diminutivo de Ariadna, por lo tanto el Twiny se refería a mi mamá.

    -¡Ah! Bueno, mucho gusto (¿qué más le podía decir a un duende recién conocido?)
    - Igualmente
    - Mmmm.
    - Mmmmm.
    - ¿Quieres ver tele?
    - ¡Claro!, pero no cambies el canal.

    Nos hicimos amigos. Todas las tardes, cuando no había nadie cerca, nos sentábamos a conversar de dimensiones desconocidas o de la inmortalidad del cangrejo.

    Me contó que antes había vivido en un castillo medieval de algún lugar de Europa. Cuando se aburrió del ruido de peles de caballeros andantes con armaduras rotas y doncella pitucas y aseñoradas, se escondió en un barco y viajó a América del Sur. De siglo en siglo y de sitio en sitio, llegó a la casa de mi mamá (se les contara casa historia que vivió en los lugares que visitó, tendría para escribir una colección de cuentos de varios tomos).

    Mi mamá resultó ser una niña tan divertida y el Twiny lo pasaba tan bien, que cuando entró al colegio y aprendió a leer, el duende decidió quedarse.

    Todos los días decía: mañana me voy... mañana me voy... pero pasaron los años y el mañana de la partida nunca llegó. Justo cuando tenía listas la maletas, mi mamá hacía alguna payasada y al Twiny le daba tal ataque de risas que no podía partir (a los duendes les encanta reír, tanto como comer galletitas).

    Nuestra amistad ha durado años. Yo entré a la Universidad y mi mamá sigue tan graciosa como siempre, por lo que el Twiny aún no se va. Estoy tratando de convencerlo de que después se vaya a mi casa, cuando yo tenga muchos hijos para que jueguen con él. Trato pero me cuesta, porque dice que no soy tan divertida como mi mamá (pero entreno todos los días para llegar a ser como ella en un tiempo más)

    Por ahora, seguimos viendo monitos juntos, me ayuda con mis tareas, me compaña cuando estudio y me esconde las cosas. A pesar de mis esfuerzos, aún no he conseguido que aprenda que no es entretenido que las cosas desaparezcan. Espero que lo entienda algún d

    ¿Twiny?

    ¿Twiny?

    ¿Estás ahí?

    (Jijijijiij)

    ¡¡Ya pues Twiny, devuélveme el lápiz!!

    lunes, noviembre 21

    ¡Las mujeres decimos basta!

    MARCHA
    Jueves 24 de noviembre a las 20:30 horas
    Congreso Nacional (Valparaíso)
    (de blanco y con antorchas)


    Nada justifica la violencia hacia las mujeres, sin embargo, día a día centenares son maltratadas y muchas asesinadas por sus parejas o ex parejas, tras largas historias de amenazas y castigos que no fueron sancionados a tiempo.

    Dentro y fuera de la familia, las mujeres somos violentadas de múltiples formas: acosadas sexualmente en el trabajo y en las calles, en las escuelas y universidades, estereotipadas y objetualizadas en la publicidad, violentadas sexual, psicológica y económicamente, y como expresión última de este continuo de violencia, asesinadas. Esto es el femicidio, la manifestación más extrema de violencia contra las mujeres.

    La transición democrática postergó los derechos de la mujeres. La promulgación de la nueva Ley de violencia intrafamiliar que, entre otras medidas, tipifica el delito de “maltrato habitual”, físico o psicológico, salda en parte la deuda histórica que el Estado chileno tiene con las mujeres.

    Sin embargo, es indispensable reconocer, prevenir y sancionar las diferentes formas de violencia que recaen sobre las mujeres heterosexuales, lesbianas y trans, las indígenas y migrantes, las trabajadoras, las niñas, las jóvenes y las ancianas, en sus relaciones públicas y privadas.

    El Estado debe cumplir cabalmente los compromisos adquiridos a través de los tratados internacionales vigentes en el país. Quien asuma el próximo gobierno y quienes resulten elegidos en el Parlamento, y el poder judicial, tienen la obligación de dar cuenta pública de su gestión y sus resultados ante la ciudadanía. Las organizaciones de mujeres estaremos vigilantes de que esto se cumpla.

    Los medios de comunicación y todas las instituciones de la sociedad son también responsables de promover los cambios culturales necesarios para la erradicación de la violencia contra las mujeres. De otra forma seguirán siendo cómplices de este delito.

    La Red Chilena Contra la Violencia Doméstica y Sexual, organizaciones feministas y de mujeres, convocamos a una marcha nocturna para manifestar nuestra decisión de no tolerar en nuestras relaciones públicas y privadas ninguna forma de violencia sexista.

    Por nuestro derecho a una vida libre de violencia

    ¡¡ÚNETE A LA MARCHA!!

    Jueves 24 de noviembre a las 20:30 horas
    Congreso Nacional (Valparaíso)
    (de blanco y con antorchas)

    Red Chilena Contra la Violencia Doméstica y Sexual
    Organizaciones feministas y de mujeres

    domingo, noviembre 6

    El gato Ovillo


    Hace justo 3 meses llegó el gato Ovillo. Era bonito. Chiquitito. Flaquito. Pulguientito. Tímido. Miedoso. Hoy, 90 días después, sigue siendo bonito y está gordito, despulgado, y harto patudito.

    Desde que con C nos convertimos en una familia legal –de lo que ya casi se cumplirá un año-, siempre quise tener un gato. En realidad una gata. La tenía bautizada desde que leí la novela pop Shangay Baby. La verdad es que el libro no me trastornó, pero sí la mascota del novio de la protagonista: la Gata Ovillo. El nombre lo encontré de una choreza total, tanto, que decidí tomarlo prestado.

    Por alguno años la revolví y revolví con la Gata Ovillo. Ya estaba peinando “la gata”, en realidad. Yo me había imaginado como sería la Gata Ovillo: ploma, peluda y gorda, tal como la que había visto en el porteño Palacio de la Bolsa.

    El problema era que a C no le parecía para nada de divertida la idea. Menos después que la gata Anita, una nueva vecina del barrio, decidió hacer una intempestiva intromisión a nuestro departamento a través de una ventana abierta, dejando a C al borde del colapso infartático.

    La osadía de Anita, bajó los puntos en la campaña pro Gata Ovillo.

    Pero hace tres meses a mi suegro –quien obviamente es el papá de C- le ofrecieron una gatita perdida. La había encontrado el conserje de un edificio vecino y, la verdad, es que le preguntó si sabía de alguien que hubiera perdido la famosa gatita, pues a todas luces, era una mascota de casa.

    Y claro, a mí se me había perdido. Desde hacía años.

    Partimos los 3. Mi suegro, C y yo, a la búsqueda de la gata Ovillo. Y fue amor -¿o habrá sido obsesión?- a primera vista, aunque esta Ovillo no se parecía en nada a mi construcción mental. De una manera totalmente sincrónica, justo ese fin de semana estaba en Viña la cuñada de C, experta en animales, quien nos dio todas las pautas de crianza, e incluso, advirtió que la gata Ovillo era gato.

    En su primer día, fue puro ronroneo. Tierno el desgraciado. Andaba tímido por todos los rincones, y hasta pedía permiso para subir al segundo piso. Pero pronto agarró confianza, y hoy ya no dice ni pío antes de saltarnos arriba de la cabeza a bailar tap. Todo un taz.

    A pesar de eso, C está totalmente conquistado.

    viernes, noviembre 4

    Diversidad jibarizada


    En paz descanse Rocinante. Y con ella un pedacito más de nuestra débil diversidad de opinión y expresión. Centrándonos sólo en la prensa escrita, Chile vive (¿desde siempre?) un innegable duopolio, representado por los grupos Edwards y Copesa. De manera "porfiada", cada cierto tiempo emergen voces disidentes, pero siempre con difíciles situaciones de sobrevivencia.

    En el caso particular de Rocinante, debo reconocer un % de culpa como lectora: por algunos años fui suscriptora de la revista, sin embargo, hoy, cada fin de semana es La Tercera la que me llega a la puerta.

    El texto que adjunto es de Felipe Portales, y apareció publicado hoy en la sección de Opinión de La Nación.

    TRIBUNA

    El final de “Rocinante”

    Pasaban a ser molestos los medios que probablemente se encargarían de desnudar las profundas contradicciones entre teoría y práctica que se impondrían en el futuro.

    Felipe Portales

    El final de la revista “Rocinante” constituye una nueva y severa pérdida para la muy limitada libertad de expresión que disfruta nuestro país. A dicha pérdida hay agregar este año la de “Plan B” y “El Portal del Pluralismo”. A su vez, ellas se suman a la virtual autodestrucción por parte del liderazgo de la Concertación -durante la década pasada- del conjunto de los medios escritos que había logrado desarrollar en plena dictadura. Esto es, de “La Época”, “Fortín Mapocho”, “Análisis”, “Apsi”, “Cauce” y “Hoy”. Esta autodestrucción se ha llevado a cabo a través de dos vías fundamentales: El bloqueo, a comienzos de los ’90, de la continuación de apoyos financieros externos, y la discriminación de que han sido objeto respecto del avisaje fiscal.

    En relación a la primera vía, tenemos el testimonio del Premio Nacional de Periodismo 2005 y ex director de la revista “Análisis”, Juan Pablo Cárdenas, quien ha señalado que el Gobierno de Aylwin “nos bloqueó una ayuda internacional importante que estuvo a punto de materializarse. Era del Gobierno holandés que destinó una ayuda millonaria para las tres revistas que se mantenían vigentes (‘Apsi’, ‘Análisis’ y ‘Hoy’) junto con el diario ‘La Época’ y ‘Fortín Mapocho’. La ayuda no se concretó porque el Gobierno de Aylwin le hizo ver al Gobierno holandés que cualquier asistencia a la prensa chilena sería vista como una injerencia en los asuntos internos de nuestro país” (“El Mercurio”, 11/09/2005).

    Respecto del avisaje fiscal, el mismo Cárdenas ha indicado que “el Gobierno (de Aylwin) no nos hizo compartir la publicidad gubernamental. La podría haber distribuido equitativamente entre los medios” (op. cit.) A su vez, el comité editorial de “Rocinante” denunció como “particularmente grave” que “el Estado chileno, a través de sus empresas, concentra una cantidad de recursos en materia de inversión publicitaria que refuerza este déficit de pluralismo (en la propiedad de los medios) al invertir casi exclusivamente dichos recursos en los grandes consorcios y monopolios de la comunicación” (Rocinante; N° 84 y final). En el mismo número su directora, Faride Zerán, informó que las empresas del Estado destinan 62,7% de su publicidad en prensa escrita a “El Mercurio”.

    A todo lo anterior hay que agregar la insólita negativa del Estado a indemnizar al legítimo propietario de “Clarín”, Víctor Pey, lo que ha impedido hasta hoy la única alternativa cierta de publicación de un diario de centroizquierda en Chile durante esta década (ver “Clarín y el sagrado derecho de propiedad,” de Patricia Verdugo, en “Rocinante” N° 47) ¿A qué puede deberse ese pertinaz esfuerzo de beneficiar al ajeno y perjudicar al propio?

    La explicación la da con toda crudeza Edgardo Boeninger en su libro “Democracia en Chile” (Edit. Andrés Bello, 1997) en que señala que a fines de los 80 se produjo una “convergencia” de los postulados económicos del liderazgo de la Concertación con los del régimen de Pinochet, “convergencia que políticamente el conglomerado opositor no estaba en condiciones de reconocer” (pág. 369)

    Obviamente, en tal contexto, pasaban a ser molestos los medios de comunicación, que por las fuertes convicciones y coraje demostrados por directores y periodistas, muy probablemente se encargarían de desnudar las profundas contradicciones entre teoría y práctica que se impondrían en el futuro.

    miércoles, noviembre 2

    Por la Inclusión y la No Discriminación en la red

    Este texto es de Claudio, C, quien me lo "convidó" para el blog.


    No cabe ninguna duda que los avances tecnológicos nos enfrentan, minuto a minuto, a complejos pero fascinantes desafíos en nuestro diario vivir. Con la misión de comunicarnos, entretenernos o, simplemente, facilitarnos las cosas, inventos como la televisión, los teléfonos celulares, el computador e Internet, se han posicionado como las herramientas más utilizadas, hoy por hoy, al servicio de las personas y sus necesidades.

    Lamentablemente, en muchas ocasiones dichos inventos no se encuentran disponibles para la mayoría de la población, ya sea por motivos económicos, o por otro tipo de barreras de acceso.

    Sin duda, estos instrumentos fueron diseñados para las grandes mayorías, sin tomar en cuenta que existen algunos potenciales demandantes que, por distintas discapacidades físicas o sensoriales, no pueden optar a su uso, a menos que se diseñen otros aparatos con ese fin. Por fortuna, existen empresas que se dedican a cubrir este nicho de mercado, produciendo objetos que, muchas veces reemplazan el sentido perdido.

    El programa de computación Jaws, es uno de aquellos inventos diseñados para adaptar a los ciegos, todo el inmenso y hasta hace poco tiempo desconocido mundo de la computación. Su funcionamiento es muy sencillo: el programa, a través de un sintetizador de voz, verbaliza todo caracter escrito en el monitor, bastando sólo la manipulación del teclado para abarcar casi cualquier aplicación del computador o Internet.

    Gracias a este software, muchos discapacitados visuales podemos acceder día a día al fascinante espacio virtual, pudiendo no sólo utilizar perfectamente programas como Word o Excel, sino también leer directamente nuestros propios correos electrónicos, visitar ciertas páginas web, o comunicarnos vía Messenger.

    Pero existe hoy en día, un nuevo instrumento de comunicación virtual que, según algunos, viene a revolucionar todo lo conocido: los blogs, verdaderas bitácoras donde cualquier persona puede publicar periódicamente ideas, conceptos, reflexiones, anécdotas, proposiciones o lo que estime conveniente. Desde su invención, hace unos cuatro o cinco años, su crecimiento ha sido vertiginoso y sus proyecciones… insospechadas.

    Pero por desgracia, dichos blogs poseen, casi en su mayoría, una falla estructural de incompatibilidad con Jaws. Por causas desconocidas para mi, casi la totalidad de las plantillas prediseñadas para blogs hacen que Jaws tienda a leer el texto publicado de forma muy extraña. Para poder ejemplificarlo, es como que un gringo esté leyendo un texto en español, obviamente, sin saber ni una palabra.

    Este fenómeno ocurre en la mayoría de los blogs que he visitado. Pero por esas casualidades de la vida, al primer blog que ingresé fue al de José Miguel Villouta, un conocido conductor de radio y televisión chileno. En un comienzo, no sabía por qué sólo su blog presentaba una compatibilidad perfecta con Jaws, pero ciertamente era el único de los que había visitado que tenía estas características.

    Cuando con Daniela, mi esposa, creamos mi propio blog, probamos muchas alternativas para que fuera compatible con Jaws, pero sólo cuando aplicamos la misma plantilla del blog de Villouta… la cosa funcionó.

    Por eso estoy escribiendo este artículo, para que todo el que lo lea, pueda saber que la plantilla llamada Sand Dollar es la única que hasta el momento me ha resultado compatible con Jaws, el programa para ciegos más utilizado a nivel mundial.

    Así que si quieres que tu blog pueda ser leído por todo el mundo, te invito a cambiar tu plantilla -aunque no sea de las más bonitas-, y transformar tu blog en una publicación accesible para todos. Ahora bien, si tienes amigos que también tengan su blog, recomiéndales este cambio!

    Viva la “NO” discriminación!

    Claudio Gregoire

    Nota: la plantilla de este blog es Sand Dollar

    martes, noviembre 1

    A dos años del cambio de folio


    El jueves pasado cumplí 28, lo que me deja a dos años del cambio de folio. A dos años del paso de veinteañera a treintona. Desde hace un tiempo he comenzado a tomarle una cierta "fobia" a los cumpleaños, lo que me hace pensar que el paso del tiempo es en realidad algo que me preocupa más de lo que quisiera reconocer.

    Si no recuerdo mal, todo comenzó cuando cumplí 25. Diez años antes, a mis 15, escuché a una prima reflexionar sobre su inminente llegada al cuarto de siglo. En ese minuto -y con toda la inocencia y desparpajo de los 15- mi prima me pareció todo un vejestorio. Lo interesante es que a la vuelta de la vida, me encontré yo misma cumpliendo 15.

    Una amiga, Carola, fue la primera en dar la señal de alerta. "Estás deprimida". No, para nada. "Sí: pones mala cara al oir hablar de tu cumpleaños". Ahí estaba, clarito como el agua... me había convertido en el vejestorio de 25.

    ¡Qué estupidez más grande! Ahora tengo tres años más, y de vejestorio nada -creo yo- lo que me hace pensar en la maravilla de la teoría de la relatividad.

    Sin embargo, aún no me convencen del todo los cumpleaños, y eso que siempre lo he pasado bien en ellos, especialmente desde que conocí a C, quien año a año se ha preocupado de hacer un evento especial.

    Una de las mayores características de mis celebraciones, ha sido el factor sorpresa. En la Universidad, mis compañeritos me hicieron 3 fiestas sorpresas durantes 3 años seguidos. Lo mejor de todo, es que en ninguna sospeché nada.

    Hace dos años, fue C el organizador del evento con factor sorpresa, oportunidad en que -cual Pollo Fuentes en sus mejores épocas del Venga Conmigo- invitó hasta amigas de colegio que él nunca había conocido.

    Esta vez, C fue también quien me impulsó a celebrar. Primero a regañadientes, pero luego con "embale" total, surgió la celebración ecléctica-posmoderna "todo el mundo arriba", es decir, una sola celebración, todos los amigos, sin mediar conexiones previas.

    El sábado en la tarde, mis nervios derivaron en neura -mil disculpas a las víctimas inocentes-, y luego, al ver los buenos resultados sobre la marcha, las sobrerevoluciones, los grados de alcohol y la alegría se tornaron en cansancio fatal y desparecimiento repentino (qué plancha!). Resultado: aún me están contando el final de mi cumpleaños.

    Lo bueno de todo, es que esta celebración me ha motivado para preparar una gran celebración de 30. Tiempo tengo, tanto como para prepararla, como para acumular horas de sueño desde ya.

    martes, septiembre 13

    Sueños colectivos

    Durante toda la semana pasada anduve con la guata apretada. Sentía la imperiosa necesidad de materializar y pasar de reflexión a la acción. Ya saben... me refiero al tema que se ha vuelto mi obsesión: la Discriminación.

    La cosa es que el domingo 11 -hace 2 días- me junté con un par de amigos de más de una década y nació "Incluyo" -nombre tentativo y sólo por mientras-, un Colectivo por la Inclusión y la No Discriminación.

    En un día armamos Comité (los 3, más C. y Tatiana) y nuestro propio Blog -tan de moda por estos días-. Sí, es verdad que sólo es un pasito, pero no sé porqué tengo el certero convencimiento de que es el inicio de algo potente. Lo mejor de todo, es que eso sólo depende de las ganas que le pongamos.

    viernes, septiembre 9

    Cadena nacional

    El domingo pasado, entre el resumen de Brujas y Teletrece, en la pantalla de mi televisor aparecieron los cuadraditos tricolores del Gobierno de Chile. Teniendo por escenario uno de los salones de La Moneda, aparecía mi Presidente Lagos (voté por el tres veces: primarias, y las dos vueltas), anunciando las tan esperadas medidas que frenarían el alza del combustible, que ya amenazaba por encaramarse por los 700 pesos.

    Al otro día recibí un mail que ofrecía una re-lectura de la cadena nacional. Lo firmaba Victor Castillo, locutor del noticiario de sordomudos de la Cámara de Diputados, y se preguntaba porqué habían sido marginados del mensaje presidencial del día anterior.

    Toda la razón... durante los 10 o 15 minutos que duró la cadena informativa, nunca apareció ni un subtítulo que remarcara los dicho, ni menos el recuadro con la traducción del mensaje en lenguaje de señas.

    En su minuto no me fijé en esta omisión.

    Ahora que lo pienso, me parece impresentable.

    Confederación de No Oyentes de Chile

    Fundada el 28 de Noviembre de 1964
    Reconocida por el Ministerio de Justicia Decreto 1175 del 11 de Julio de 1967
    (Vigente según Certificado Nº 74084)
    www.conasoch.cl

    ¿Qué dijo, Sr. Presidente?

    ¿Hasta cuándo, Sr. Presidente, las personas sordas continuarán sin tener acceso a los contenidos de sus mensajes a través de cadena nacional de televisión?

    Nuevamente la Comunidad Sorda ha sido discriminada por el Gobierno al no hacer accesibles los contenidos del anuncio presidencial sobre importantes medidas contra el alza de precios de combustibles, entre cuyos usuarios también se cuentan muchas personas con discapacidad auditiva, saltándose las garantías establecidas en la Constitución Política del Estado y los diversos convenios internacionales suscritos por Chile en materias de libre acceso a la información, igualdad de oportunidades, integración y no discriminación.
    La Confederación de No Oyentes de Chile solicita respetuosamente al Gobierno que todas las cadenas nacionales de televisión sean accesibles para todos los chilenos, con traducción simultánea a la Lengua de Señas y Closed Caption.

    ¡No a la discriminación! ¡Si a la integración!
    Por el derecho de un libre acceso a la información, igualdad de oportunidades, integración y no discriminación hacia las personas sordas!
    *Visite nuestro sitio web www.conasoch.cl*

    jueves, septiembre 8

    La tolerancia está de moda....(?)

    Hace unos meses escuché por primera vez del “Ya Basta”.

    Se trataba de la Campaña contra el Abuso de Poder, impulsada por Genera ideas y acciones colectivas. La propuesta, en realidad, parecía bastante simple: un llamado a ponerse los pantalones antes las situaciones de abuso de poder que enfrentamos en la vida cotidiana.

    El lanzamiento de esta campaña venía acompañado, además, de un “Estudio de opinión sobre el abuso de poder: el poder de los derechos ciudadanos”. La investigación se orientaba, principalmente, a indagar acerca de cómo se traduce el abuso en la prestación de servicio básicos de instituciones públicas y privadas.

    Entre los resultados arrojados por este estudio se destaca, por ejemplo, la instalación del abuso de poder en la vida cotidiana de los ciudadanos; escasa información sobre los derechos ciudadanos; y una menor decisión a ejercerlos.

    Otros datos: el 51% de los encuestados dijo haber enfrentando alguna situación en que sintió que sus derechos fueron pasados a llevar en el último año.

    El 43% cree que abuso de poder es abusar de una posición o cargo para obtener beneficio personal. El 19%, en tanto, lo entiende como no respetar los derechos.

    En esa línea se instala la definición que Naciones Unidas da del Abuso de Poder –y que se cita en el informe del estudio de Genera y Collect-: experiencia de daño (físico, mentales, emocionales, financieros) que implica el menoscabo sustancial de los derechos fundamentales, como consecuencia de acciones que no llega a constituir violaciones del derecho penal.

    Así, el listado de los temas que se asocian al abuso de poder es amplio, tanto como para que cada uno pueda sentirse identificado: cobros injustificados, situaciones en la locomoción colectiva, desigualad social, exceso de tramitación, publicidad engañosa, información parcial de los medios de comunicación, retraso en la atención, altas tasas de interés, poca claridad en la información, pitutos o tráfico de influencias...

    Quisiera agregar uno más: la discriminación. Sí, lo sé, es una palabra amplia, pero creo que muchas veces -si es que no siempre- la discriminación es un forma de abuso de poder.

    Me centraré en la discriminación negativa, la que margina y rechaza.

    Esta semana se publicó en los medios el caso de tres estudiantes ciegos que, sistemáticamente, fueron rechazados en prestigiosas universidad de la Región Metropolitana (UMCE, U. de Chile, U. La República). El primero quería estudiar Música (finalmente pudo hacerlo); el segundo, Psicología (ya era Periodista); y la tercera, Educación Parvularia (nunca pudo hacerlo).

    La nota, en realidad, se centraba en el siguiente escándalo: no había sistema especial de PSU para ciegos.

    Al respecto, en la página del DEMRE, en el apartado de “Postulantes con Discapacidad”, se expresa que hoy, a los estudiantes que no puedan rendir la PSU en las mismas condiciones de la mayoría, es decir, en formato de lápiz y papel se les prestará “tratamiento especial para rendir la PSU, que puede ser tiempo adicional o tratamiento en salas individuales, lo cual tiene por único fin permitirles la participación en el Proceso de Admisión en condiciones justas, pero no implica compromiso de aceptación por parte de las Universidades, las cuales se reservan el derecho a resolver según corresponda”.


    “De todas las discapacidades, -continúa el texto- la ceguera legal es la única dolencia que está excluida del sistema de rendición de pruebas. Esto se debe a que, aunque a los postulantes no videntes legales se les colaborara en la lectura, sería imposible representarles los elementos visuales que aparecen en la batería de pruebas. Por esta razón, su ingreso a la educación superior universitaria debe realizarse a través de la admisión especial en aquellas universidades que así lo contemplan y en carreras compatibles con su condición”.

    El tema entonces es tan clarito como el agua: no se saca nada con crear sistemas especiales o súper especiales, si finalmente las Universidades serán autónomas para aceptar. Y el problema es que muchas veces, la mayoría de las veces, no lo hace, en un claro acto de discriminación.

    Miren a su alrededor y vean cuántos casos de alumnos ciegos han visto en las universidades. Quizás alguno conoce uno, o un par. Claramente escasos y, hoy por hoy, aún una excepción.

    Este tipo de discriminación es la que más me aterra, pues finalmente es muy probable, como dice C., que la discriminación sea tan natural en el hombre como respirar, pues todos en alguna ocasión, y en mayor o menor medida, hemos discriminado.

    Lo distinto de este caso es que se trata de una institucionalidad que discrimina. Y esto, en una sociedad en que la palabra Tolerancia parece haberse puesto de moda.

    lunes, septiembre 5

    Probando... probando... o los inicios de un nuevo blog


    Hace tiempo que había escuchado de los Blog... pero la verdad es que nunca -hasta ahora- había caido en la tentación de inaugurar uno.

    No sé por qué dejé pasar tanto tiempo. Por una parte, las razones pudieran resumirse a una casi total ignorancia del modus operandis de esta herramienta digital. La otra -y debo reconocer más decisiva- se entremezcla entre el pudor y la inseguridad. Sí, me resulta absolutamente abrumante la idea de estar en una potencial vitrina virtual, en un flujo casi incontrolable de mensajes que permite leer y ser leída.

    Pero en fin, acá estoy. Partiendo con este blog.

    ¿Qué por qué lo inauguré?

    Tampoco lo tengo del todo claro.

    Lo cierto es que este fin de semana mi hermano dijo que tenía uno. Lo había creado por una necesidad universitaria, como parte de las evaluaciones de una asignatura. C, mi compañero, enganchó inmediatamente con la idea, y en menos de 10 minutos, ya tenía uno (en realidad se lo creó a un amigo). Creo que fue ese el minuto preciso en que me pareció que la idea era buena, especialmente porque últimamente la contingencia me ha presentado una serie de temas en que las ganas de expresión me atoran, dejando ya bastante chatos a C y mis amigos más cercanos.

    Por eso hoy, en el quinto día del noveno mes del año 2005, he decidido trocar el pudor por el exhibicionismo.

    La suerte está echada... ahora sólo queda escribir.

    Acerca de mí

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    Daniela es mi nombre. @danilazcano en twitter. Periodista de profesión... docente de comunicación de vocación. El ejercicio de este blog no es más que un reencuentro con el "Querido diario:" de la infancia, cambiando la libretita rosada y con candado, por la apertura "infinita" de la blogósfera. Así, resulta sólo una bitácora... y de un bucle... por Morin, y por la genética que pobló mi coronilla.