viernes, agosto 18

Al final del día

22:00 PM. El día terminó para mi... mala suerte, pues en medio de toda la locura, las carreras de acá para allá, un plato de porotos en cinco minutos -peligroso, sí señor- y un homenaje final al pecado capital de la gula... las energías sólo alcanzaban -¿y pedían?- unos grados etílicos de relajo... Pero no, mejor bajar cortina por hoy.

Algunos pasajes del día: 88 ojos preguntones buscando respuestas orientadoras para sus próximos años. ¿Tan determinante? Claramente no, pero para muchos, aunque sea en simulacro, sí.

El 94, hace una docena de años ya, pasé por algo parecido. Por años y años todo apuntaba al mundo de las células y enfermedades. Era algo así como un determinismo genético, o al menos eso pensaba P, finalmente el único convencido-obsesionado por mi futuro ingreso al mundo de los galenos.

Pero no, entre letras y mitocondrias, qué vivan las letras!

Luego de una chanta revelación corriendo con una cámara fotográfica detrás del primer mandatario de turno de visita en mi ciudad de la eterna juventud, enfrié la sangre y di el anuncio en el almuerzo familiar: M. P.: voy a estudiar periodismo.

La cara de P se desfiguró... Ja!, tal cual la vería muchas veces después desfigurarse, luego de que se convenciera que la niña de sus sueños estaba más cercana a las pesadillas... dentro de sus parámetros pesadillezcos, claro está.

1 comentario:

Sole Vargas dijo...

JAJJA! A mí me pasó algo parecido cuando dije que iba a estudiar "Castellano" y de hecho mi Apa'siempre cuando conversaba con sus amigos decía que yo estudiaba "Literatura" esto tenía más glamour, pues no es lo mismo que decir "será profe de Castellano"...
Saludos desde Huamaxuco s/n

Acerca de mí

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Daniela es mi nombre. @danilazcano en twitter. Periodista de profesión... docente de comunicación de vocación. El ejercicio de este blog no es más que un reencuentro con el "Querido diario:" de la infancia, cambiando la libretita rosada y con candado, por la apertura "infinita" de la blogósfera. Así, resulta sólo una bitácora... y de un bucle... por Morin, y por la genética que pobló mi coronilla.