martes, agosto 15

Otro recuerdo


Cuando tenía como 7 años, me sacaron de mi casa. O más bien de la casa de Y, donde había vivido desde que nací. Y pensar que todo partió con el encuentro en la plaza Colombia!!

Ese día, se oficializó mi nueva familia, lo que a los pocos meses me llevó a un hogar tradicional, con todas las de la ley... literalmente hablando.

A ver... veamos como fue todo...

Familia progresista en el ideario, pero conservadora en el vivir, me imagino lo difícil que debe haber resultado el notición de esta guagua en vientre de mujer casi guagua. Según M, aún recuerda la cara de Y, cuando le contaban la historia... M no abrió ni la boca! Es que la señora era cosa seria! Mal que mal -me parece a mi- llevaba años cuidando a sus cabros -y no tan cabros- solita el dos, como para que le salieran con semejante pastel.

Como a M le faltaban por lo menos cuatro años para el juramento hipocrático, y a P otros tantos para comenzar oficialmente a recibir neonatos... durante los años que siguieron, mi vida se concentró al lado de Y, quien pasada la rabia inicial, me acogió como su nieta portatil, es decir, una compañía todo terreno y casi a tiempo completo.

Por esos años, la gran mayoría de mis momentos y recuerdos pasaron junto a mis dos mujeres. Las tres, cual trio femenino a lo "ángeles de charlie" o "chicas superpoderosas", éramos totalmente indestructibles... creía yo.

Pero al parecer la cosa debía "normalizarse" algún día. Y el algún dia llegó cuando M y P ya lucían flamantes cartones de adultos-profesionales.

Así, un día de marzo, luego de asistir al registro civil y comer torta de novios, con mi vestido blanco con cuadritos celestes, dejé la casa de Y.

Para que se acordara de mi, le regalé una figurita de porcelana que había comprado con M el día anterior. En su minuto, y con mis 7 primaveras encima, la encontré descueve! Ahora que lo pienso mejor, en realidad era medio rara: un conejo-duende, entre verde y gris, con sombrero de copa y bufanda roja... un hibrido ecléctico posmoderno quizás.

Recuerdo que le dije que esa figurita era yo. Y que así me quedaría con ella siempre.

21 años después, Y sigue teniendo el duende-conejo en su pieza.

1 comentario:

[El Gran Circo de Las SombraS] dijo...

duende coneko.....ectraña mezcla..

habría que "entrar a picar" para entregarle el simbolismo....

en fin slaudos ..
perdon la irrupción

Acerca de mí

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Daniela es mi nombre. @danilazcano en twitter. Periodista de profesión... docente de comunicación de vocación. El ejercicio de este blog no es más que un reencuentro con el "Querido diario:" de la infancia, cambiando la libretita rosada y con candado, por la apertura "infinita" de la blogósfera. Así, resulta sólo una bitácora... y de un bucle... por Morin, y por la genética que pobló mi coronilla.